Fuente: La República
No es novedoso decir que
Universitario de Deportes es uno de los cuadros más coperos y reconocidos del
campeonato local. No es ajeno afirmar, que el equipo dirigido por Roberto Chale
es más grande que sus problemas. Lo viene demostrando partido tras partido,
luego de haber empezado con una campaña irregular.
La U sabe que no hay mal que dure
mil años ni cuerpo que lo resista. Siempre que llovió, paró. Y no solo lo está
demostrando a estas alturas del Torneo Clausura, sino que ya lo demostró más de
una vez. Un ejemplo de ello fue en el año 2002 cuando los dirigidos por Ángel
Cappa dieron la vuelta olímpica pese a tener más de un problema dirigencial ese
año, y se optó por jugar con varios juveniles. Ese año el cuadro crema no solo
se consagraría campeón del Apertura sino también campeón nacional.
En el año 2013 fue la última vez
que Universitario alzaría la copa del torneo con el plantel comandado por el
argentino Miguel Ángel Comizzo. Hoy la ilusión de levantar un nuevo trofeo se
puede convertir en realidad. A falta de solo cuatro fechas para que acabe el
campeonato, los dirigidos por Chale se encuentran a solo un punto del líder y
con las esperanzas más intactas que nunca.
La crisis de la U este año acabo
con una llegada importante. Una llegada que tiene nombre y apellido. Raúl Ruidíaz regresó en agosto a Ate procedente del Melgar de Arequipa. Su primer
partido con la camiseta crema fue contra Municipal. Raúl y Chale le dieron vida
al equipo que antes estaba dirigido por el ecuatoriano Luis Fernando Suárez.
Que poco o nada aportó al club. Su retiro era una crónica de muerte anunciada.
Su retiro se dio a fines del mes de agosto.
Quedan cuatro fechas para el
término del torneo, cuatro fechas que son finales, cuatro fechas donde el
equipo de Roberto Chale tiene que seguir demostrando que es más grande que
todos sus problemas. Porque la U, pese a quien le pese, es la U.
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